MERCADO JUAN SABINES
En el corazón de la ciudad de Tuxtla Gutiérrez se encuentra uno de los mercados más importantes de la ciudad, me tomé el tiempo de ir visitarlo porque había escuchado que dentro del mismo hay un todo mundo de negocios de comida, jugos, toda la fruta y verdura que pueda imaginar.
Como todo mexicano me encanta la comida, y cualquier tipo de antojito que se me atraviese en el camino lo devoro, ya tenía el pretexto perfecto para darle una vista al mercado.
No había tenido el gusto de explorar bien el mercado, de saber qué cosas hay dentro de él literalmente. Pero en esta ocasión quería realmente encontrar algún lugar que me llamara la atención.
Una manzana es lo que abarca el mercado Juan Sabines, tiene muchas entradas y las mismas son salidas, no existe una entrada y salida específicas. Empecé a hacer mi recorrido en un puesto en donde venden aguas de horchata, bastante modesto el puesto.
Entre más me iba adentrando al mercado observaba que dentro es un universo de personas que están en movimiento todo el tiempo, ya estaba entendiendo todo el concepto de un lugar que específicamente se mantiene vivo por todo ese conjunto de puestos y que las personas le dan la chispa para que todo tenga color.
A mi paso iba viendo la gran variedad de frutas y verduras, en uno de los tantos puestos encontré una fruta que no conocía, su nombre es “pitahaya”, la persona encargada me explicó más o menos como se puede preparar, pero en lo personal el nombre de la fruta me recordó a una ex, cosas mías.
Algo que noté mucho, es que no hay mucha organización, pero en un lugar como un mercado, quién la necesita, no hay tiempo de organizar sino para vender y ofrecer al cliente lo más que se pueda. Llegué hasta la parte de las cocinas económicas y me encontré con el puesto del señor Carlos Vanda.
Por más de 50 años ha estado trabajando en el negocio de los jugos y los licuados, no perdí más el tiempo y de inmediato pedí un licuado de alfalfa con agua, también lleva piña, miel y algunas gotas de limón para darle un más sabor.
Sentí como la garganta se me llenaba de sensaciones ricas, a pesar de ser un jugo con agua y no con leche lo disfruté mucho. Don Carlos siempre atento y con una sonrisa de amabilidad, es una persona que en la vibra que maneja se siente que ama su trabajo. Desde principio a fin me atendió excelente.
Entramos en una plática amena y me contó algunas anécdotas de su vida, mucha sabiduría expresa el señor. Pasé un rato agradable, pedí la cuenta pensando que estaría caro el licuado, pero no, mi sorpresa fue que solamente pagué $20.00 pesos.
Me despedí del señor Carlos, me hizo la invitación de ir a disfrutar de sus licuados, le prometí que regresaría.
El mercado Juan Sabines es un lugar lleno de cosas maravillosas, cabe resaltar que tiene un estacionamiento amplio, dependiendo del tiempo que lo utilices cobran el servicio, baños limpios, con un costo de $3.00 pesos, cuenta con todo lo necesario para hacer la despensa y sobre todo